III. Revisar
y adecuar la estructura organizativa de los Núcleos Escolares Rurales (NER)
Los Núcleos
Escolares Rurales (NER), son instituciones técnico-administrativas integrados
por un grupo de Escuelas Concentradas y Unitarias, cuyas matrículas no
son suficientes para funcionar independientemente, que se encuentran ubicadas
en un determinado medio geográfico (por lo general en la misma parroquia) y su
finalidad es garantizar la escolaridad a los niños de la zona rural en el nivel
de escuela primaria, así como en el de educación inicial. Estas unidades
operativas se encuentran ubicadas en todo el territorio y agrupan a la mayoría
de las escuelas rurales de Venezuela.
Dentro de
estas estructuras pueden encontrarse las siguientes modalidades: Escuela
Unitaria, atendida por un maestro y donde es posible que existan dos o
más grados en un mismo salón; Escuela Concentrada, bajo la
responsabilidad de dos y en algunos casos tres maestros, quienes atienden a dos
o más grados dentro del mismo salón; Escuela Concentrada Mixta, con las mismas
características que la anterior, pero donde se pueden encontrar maestros de
dependencia nacional y estadal; Escuela Central, que también posee los
elementos de una escuela concentrada, con la diferencia de ser el plantel
piloto del Núcleo Rural, donde además funcionaba la dirección del mismo.
Es importante
resaltar, que aquellas instituciones cuya matrícula va creciendo, atendiendo a
parámetros legales, dejan de pertenecer al N. E. R. y se les asigna su
propia dirección, estas instituciones reciben el nombre de Escuelas
Graduadas.
A pesar de
que la figura de los Núcleos escolares Rurales fue creada alrededor de 1.960,
los mismos se han mantenido con una estructura muy parecida a la original, lo
cual, a la luz de los nuevos tiempos y los retos de la educación en el nuevo
milenio, ha hecho que prácticamente haya quedado obsoleta y sea poco operativa
a la hora de llevar a cabo las directrices del MPPE. Además, como
agravante , para el MPPE los NER son considerados y asumidos como una escuela
más, con la misma estructura de una escuela graduada , lo cual es un
error grave que afecta no solo la operatividad de los mismos, sino todo el
proceso de calidad y pertinencia que debe tener la gestión de los equipos que
los conforman.
Por ejemplo,
para aclarar el punto, es inconcebible que un Núcleo que agrupa 13 escuelas
diseminadas en tres parroquias distintas, algunas en áreas montañosas de muy
difícil acceso, pueda funcionar igual que una escuela graduada con una sola
sede y se maneje su estructura con las mismas regulaciones que se tienen con
esta. Porque una escuela urbana con una matrícula de 1.000 estudiantes, 150
docentes y un equipo directivo conformado por 6 personas no se puede
comparar a un NER con una matrícula de 500 o 660 estudiantes diseminados
en 13 planteles distribuidos en 13 caseríos de difícil acceso, con aulas multigrados,
maestros viajeros y un limitado equipo que con todas las restricciones
normativas no pasa de 3 y a veces solo 2 directivos.
Son dos
realidades distintas que lógicamente deben ser analizadas y asumidas en su
contexto y en su justa dimensión. No se puede seguir imponiendo a los NER una
estructura que actúa como una camisa de fuerza y en nada tributa a la
operatividad y eficiencia de dichos centros.
Podrían haber
al menos tres soluciones diferentes para solucionar este problema, cada una con
sus pro y sus contras.
1. La primera
solución sería disolver los NER y graduar todas las escuelas rurales. Esto
solventaría el problema de operatividad, pero sería muy difícil llevarlo a cabo
debido a la poca matrícula que tienen algunos de estos planteles (hay algunos
con 10, 15 o 20 estudiantes), por supuesto por el asunto presupuestario y las
normativas existentes en la materia..
2. Otra
solución sería graduar los planteles con matrículas cercanas a los 90 o 100
estudiantes y dejar a los NER operando con un menor número de escuelas, lo cual
reduciría la carga y haría más viable su dirección.
3. La otra
solución sería hacer una reingeniería a la estructura de los NER, reinventarlos
desde una óptica moderna y por su puesto más adecuada a su realidad,
consultando a sus protagonistas y partiendo desde la base sin dejar a un lado
la norma, pero partiendo desde su realidad. Esto implica dejar a un lado las
absurdas y burocráticas limitaciones que desde las zonas educativas y a nivel
central se imponen con respecto a dicha organización. No se puede seguir
negando una realidad tan obvia y entorpeciendo el buen desempeño del proceso al
imponer estructuras insuficientes e inadecuadas sin considerar o tomar en
cuenta la opinión de los que en verdad conocen y padecen dicha realidad.
Adicionalmente
propondría que se revisen las diversas estructuras que desde las direcciones de
los NER realmente se han aplicado en estos centros, las cuales a mi
entender son muy diversas y cada cual podría aportar algo para esa
reingeniería que ya se ha mencionado. Me refiero a consultar a los directores y directoras de los núcleos y conversando francamente con ellos, explorar
las diversas soluciones que de manera informal y/o encubierta han aplicado para
solventar o disminuir el impacto de la
problemática a través de los años. Además, es menester adecuar la estructura de
los Municipios Escolares a fin de que se le dé mayor atención a estos centros y
de ser posible se nombre un enlace temporal o permanente, consustanciado con la
situación y con amplio dominio del tema , para garantizar un mejor
funcionamiento de los mismos.
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