domingo, 29 de noviembre de 2015

LA ESCUELA BOLIVARIANA



LA ESCUELA BOLIVARIANA

Hace poco, buscando en una vieja carpeta, me encontré, entre un montón de papeles viejos algo muy significativo que escribí hace tiempo,  en el 2.002 para ser exactos. Se trata de un poema que elaboré como obsequio a los colegas que como yo estaban finalizando en Cumaná el curso “Filosofía de la Escuela Bolivariana”, requisito, en aquellos momentos, para poder ingresar en una de  estas escuelas de turno integral. Lo cierto es, que reflexionando sobre todo el tiempo que ha transcurrido y como han cambiado las cosas desde entonces, decidí compartir con ustedes estas ideas.
Y si bien no pretendo que les agrade a todos, si espero que al menos sirva para que reflexionemos y no dejemos de lado  la esencia de nuestra Escuela Bolivariana, la esencia del Maestro Bolivariano...

Escuela Bolivariana

Hoy he descubierto una nueva escuela.

Una escuela que no tiene como norte emplear personas o servir de guardería, sino que se preocupa, se centra en la formación integral del niño.

Un escuela que no se limita a las cuatro paredes que la conforman, sino que va mucho más allá, convirtiéndose en un escenario donde todos son actores principales de un proceso de transformación social.

Una escuela donde el niño construye su propio aprendizaje a través de experiencias significativas y por ende, importantes para él.

Una escuela que se renueva constantemente a través del dialogo de saberes y el esfuerzo de todos.

Una escuela donde estudiantes, maestros y comunidad trabajan hombro a hombro para alcanzar  sus metas.

Una escuela donde el niño es visto como un ser humano pensante, inteligente y con potencial ilimitado para aprender y desarrollarse como un protagonista de su propio aprendizaje.

Una escuela donde el maestro se quita el traje de maestro y comienza a ver todo desde una nueva perspectiva: el humanismo.

Una escuela donde el docente se mantiene en constante capacitación y entrenamiento para crecer como profesional y ser humano.

Una escuela que ama a su patria y la construye en su seno.

Hoy descubrí… 

A la escuela Bolivariana. 

José Francisco Buttó.




sábado, 28 de noviembre de 2015

Algunas Ideas Para Mejorar La Educación Rural Venezolana Parte 4





IV.     Asumir el Programa Todas las Manos a la Siembra (PTMS) como estrategia para el desarrollo y contextualización curricular en la escuela rural multigrado.


El Programa Todas las Manos a la Siembra (PTMS) es a mí entender, si  no la mejor, uno de las más extraordinarias iniciativas que ha desarrollado el Ministerio del Poder Popular para la Educación en las últimas décadas. Los alcances que podría tener este programa se pierden de vista por la cantidad y calidad de estrategias y actividades que se pueden desarrollar en todos los niveles y modalidades de la educación venezolana. Es tanta la riqueza y el potencial de este programa ofrece,que no exagero al afirmar que podríamos desarrollar la mitad de los contenidos del nivel de educación primaria basándonos tan solo en los contenidos y ejes del PTMS desde una perspectiva inter y transdisciplinaria.
Creo que no hace falta explicar demasiado lo importante  que  puede ser este programa para el desarrollo y la contextualización curricular en una escuela rural venezolana. No solo se trata de la pertinencia de un nuevo enfoque de desarrollo rural centrado en lo endógeno sustentable, también hay que tomar en cuenta que la gran mayoría de los estudiantes que conforman la matrícula de estos centros provienen de familias que se dedican a las labores del campo, como la agricultura y la cría, por lo que la agroecología, baluarte fundamental del programa, es por excelencia una inmejorable puerta de entrada al conocimiento y el aprendizaje para estos niños y niñas.
En el caso de la escuela multigrado adquiere una especial importancia porque permite al docente y los estudiantes desarrollar la clase no solo con una estrategia que potencia la motivación, sino que también permite la integración y la integralidad de los aprendizajes desde una visión  y una metodología que apunta al desarrollo de los más elevados valores humanos, como el amor a la naturaleza, la justicia social, la solidaridad, la responsabilidad y el bien común. Además de que permite superar varias de las dificultades que presenta este tipo de organización, al proveer oportunidades para el trabajo cooperativo y el abordaje tanto diferenciado como grupal de los contenidos programáticos, así como una evaluación más real y provechosa del proceso y los resultados.
Cabe mencionar que el  año 2.010 tuve la gran oportunidad y el privilegio de participar en una pasantía agroecológica en Cuba, auspiciada por el MPPE, en la cual debíamos aprender de las experiencias de esta nación en materia socioproductivo. En la misma participaron docentes de toda Venezuela, quienes, en base a la experiencia  obtenida deberían plantear propuestas para mejorar el proceso aquí en el país. Vale decir el mayor aprendizaje que saqué de aquella experiencia no lo obtuve de los planteles y fincas de la Habana y otras zonas de esa hermosa isla, sino de mi interacción con los colegas venezolanos que participaban.
Resulta que conversando con ellos e intercambiando experiencias e inquietudes pude percibir algo que me pareció insólito y totalmente preocupante: pocos, muy pocos, conocían o habían leído la resolución nº 024, la cual establece las líneas de acción y todo el planteamiento teórico y metodológico del programa, así como otros documentos normativos y de orientación . Allí, de inmediato me di cuenta de que la respuesta a lo que estábamos buscando no estaba en Cuba, sino en la forma como estábamos asumiendo desde nuestro espacio la ejecución del programa sin una perspectiva clara de su objetivo y alcance, comprender que “no se trata solo de sembrar algunos rubros, sino también sembrar valores, sembrar un nuevo modelo de vida, que no solo aspira a la armonía entre los seres humanos, sino igualmente con la naturaleza.”
Hago hincapié en todo  porque, si bien en la Resolución nº 024 está establecida a grandes rasgos toda la estructura del PTMS y las acciones a tomar para su exitosa concreción, creo necesario retomar algunos aspectos y ampliar otros para que finalmente este sea el motor y combustible para la refundación de la educación rural venezolana:
1)      Formación y capacitación. Esto es vital para el éxito del programa. Particularmente no comparto la idea de que sea un especialista quien prácticamente lleve toda la responsabilidad de manos a la siembra en el plantel. Todos deben formarse para que puedan desarrollar el programa a cabalidad. Los primeros deben ser los directores y directoras quienes deben ser los principales impulsores de esta iniciativa. En este sentido, sería pertinente la conformación de unidades de formación agroecológicas. Estos entes deben funcionar en cada municipio y servir como alma mater para todo aquel que desee aprender o quiera acercarse a la agroecología. Este debe ser uno de los principales lugares de encuentro para el dialogo de saberes entre el campesino y el educador entre el saber tradicional y el saber científico. Campo para la dialéctica.
2)      Dotación. El MPPE debe imprimir una cantidad suficiente de material bibliográfico para que los maestros consulten y se formen. No basta con el material digital, porque lamentablemente solo un bajo porcentaje de los docentes le sacan provecho al mismo. Además, hace falta que se creen laminas y otros recursos para el aprendizaje que sirvan de soporte para el abordaje teórico de los aprendizajes. Sin olvidar, por supuesto las herramientas y utensilios para la ejecución del trabajo practico en el huerto escolar.
3)      Difusión. Es elemental que se difunda a toda la comunidad escolar la composición, objetivos, alcances y metodología del PTMS. Si la gente no conoce el programa no estará motivada para desarrollarlo y hacerlo suyo. Particularmente soy de los que prefieren seducir antes que imponer, en este caso debe ser igual, hay que plantear estrategias que permitan enamorar a la gente y hacerlos parte de esta iniciativa. Para ello debe disponerse de la plataforma mediática del estado y de la buena voluntad de los medios privados para que llegue a todos los rincones del país. No se trata tan solo de hacer llegar el mensaje, más que eso se trata de impactar a la población, llegar a su fibra más sensible.
4)      Integración. Otro aspecto que debe ser revisado y mejorado. Hay que establecer alianzas funcionales con los correspondientes ministerios e instituciones. Un programa tan importante debe ser prioridad, pues, lo que está en juego no solo es la calidad y pertinencia de la educación, sino el desarrollo socioproductivo y la preservación del ambiente. La integración debe existir en todos los niveles, en el aula, en la escuela, con los consejos comunales, con las alcaldías y gobernaciones, con las Unidades productivas y otros actores vitales.